Las sagradas reglas de un amor tóxico se rigen por tres simples cosas:
- Aférrate.
- Piensa más en el otro que en ti.
- Confía en que las cosas cambiarán en algún momento.
Si tan solo me hubiera dado cuenta de cómo funcionaban las relaciones antes... lo hubiera dejado ir hace mucho tiempo y me hubiera ahorrado tener el corazón en el piso.
¿En algún momento de verdad me amó?
Dios, lo odio, lo amo, creo. No sé, pero no importa, se fue con mi corazón en su bolsillo, se lo llevó sin preguntarme. Me robó el corazón y nunca me lo quiso devolver. Se lo llevó aún cuando ya estaba roto, y lo tiene de recuerdo por si en algún momento se olvida lo que fue amarme.
Adiós corazón roto, no te quiero devuelta, me construiré uno nuevo y más fuerte en el pecho.
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Nuevos capítulos interdiario.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero