¿No sabes que esas cadenas están auto-impuestas? Rómpelas, quítalas, vuela. Todos en algún momento pensamos cuan grandes son nuestros sueños y cuan pequeños somos nosotros, hasta tal punto de encadenarnos al suelo, a una realidad gris, una vida más del montón. ¿Y si mejor rompemos esas cadenas y nos adentramos al color de los sueños? ¿Qué pasaría? Quien sabe, más de un valiente podría cumplirlos si se lo propone.
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