La Última Pintura es un pequeño relato el cual la escritora quiere expresar cómo las personas pueden malinterpretar fácilmente las intenciones cuando están alejados del mundo, donde muestra como un señor mayor cree que lo están acosando pero por no tener ninguna comunicación con sus vecinos nunca se entera que su juvenil acosador es un joven que tan solo se dedica a pintar, y en sus últimos días se dedicó a pintar todas las casas de sus vecinos y regalarles la obra de arte con una pequeña reflexión de vida del joven.