URSS nunca murió. Su cuerpo fue envenenado por la radiación; el muro fue derribado y aun así él no murió... al menos no del todo. URSS hace casi 28 años que vendió su alma; a cambio de la oportunidad de seguir existiendo y un día poder volver y arrasar con aquellos que fueron los responsables de la caída de su imperio. Y luego de muchos años, la oportunidad por fin se le presenta. Nadie podrá detener su ira. Nadie estará a salvo de su venganza. Ningún precio es demasiado alto para URSS. Ni siquiera el cuerpo o el alma de su hijo...