Los rumores son como el alcohol: adulterados, amargos y adictivos. Husk reconoce ese hecho, los ha bebido durante un tiempo, desde la mesa de póquer hasta en el pestilente bar, donde ansiosos labios formulan un nombre que muy a su pesar, mantiene sus oídos atentos, porque aquel bello pecador, es el tema principal de una noche vulgar y alcoholizada.All Rights Reserved