A modo de parecer melancólico. Para quienes se despiden constantemente. Se avecina la lluvia, el frío, el cielo gris las hojas del otoño, la suave brizna y un par de versos tristes o solitarios para recordar los buenos tiempos. Hay que estar firme y el miedo tendrá derecho a aparecer, y la inercia podrá abrir sus ojos y la soledad puede abofetear fuertemente, Y aunque el miedo y la inercia y la soledad y el frío golpeen con vigor en un décimo round, el boxeador debe levantarse para evitar el knockout. Si por cualquier motivo se llega a quebrar la voz, y la soledad concurre con visitas constantes, es necesario sentarla en el sillón e indicarle que se quede inmóvil. Si las rodillas quieren doblar su firmeza y si la paciencia quiere ceder, hay que estar de pie. Es importante estar convencido de que el olvido es esa maleta vieja y sucia y rota y maloliente que está tirada en una esquina y a la cual no se debe arrojar lo bueno, lo agradable, la misma vida... Es necesario no adoptar esa idea de aquel poeta: después de todo el olvido no está lleno de memoria. ¡Fíjese usted! que el olvido tiene gusto a nada es como comer sin sal. no importan los idilios y las promesas, una despedida es un adiós o es un hasta pronto, todo depende de cómo se le adopte.All Rights Reserved
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