Saludo a los solitarios

Con humildad, estas palabras saben a Whitman...

Yo los saludo:
Hombres y mujeres, seres que no encuentran un lugar o una conexión;
No desesperen: la soledad no es un castigo, es una decisión o una imposición de la vida.
No se juzguen, la soledad es un momento adecuado.
No exploten de felicidad: la soledad también es mala consejera.
No confíen en el equilibrio que puede dar, su base se puede romper en cualquier momento, y el llanto abrirá camino entre viejas trochas.
No dejen de agradecer: la soledad puede ser el principio para renacer.
No culpen al frío ni a la ciudad, la soledad no conoce de climas o lugares.
Pero si usted desespera, se juzga, explota y confía y agradece y señala, la soledad será un gran aliado para un mal rato. Ahora bien, si usted adopta con libertad la sombra de la soledad, disfrute, pero no se convierta en esclavo de ella.
Si la soledad le afecta, quédese ecuánime, sereno, muy calmo y resguardese
-en especial por las noches-
Yo les dejo un saludo con mucha fuerza, les dejo un saludo a los solitarios, para que no olviden que la soledad es cómplice del amor, del olvido y del vacío, pero más del renacer.