Los dioses, seres celestiales, demonios y humanos viven en un delicado equilibrio, donde las reglas son leyes inquebrantables y los prejuicios dominan hasta los mismos cielos. El clan Lan caído en desgracia fue degradado por la corte celestial a la humilde vida humana, siendo rechazados y convertidos en parias por la corte celestial. El clan Jiang custodia el gran árbol de melocotón, dejado por el creador del universo Pangu, donde el reposó la mitad de su poder en aquel milagroso árbol para luego ir a dormir. Jiang Cheng heredero de este detesta con odio y rencor a los seres llamados demonios, el clan Lan como su mayor denominador, sin embargo, su corazón cambia y se cuestiona su mundo y sus propios prejuicios cuando posa su mirada en Lan Xichen, mientras su corazón late frenético. Los demonios son seres que deben ser destruidos, esa es la lógica de Jiang Wanyin, pero el destino le tiene otro camino preparado para él y su testarudo corazón . . Escrito para la semana del Xicheng latin fest entre el 14 y 17 de noviembre, participen!
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