- ¿No hablas?- -...- - Tampoco sabes caminar... ¿verdad?- -...- - Sos raro... pero espero que podamos jugar juntos algún día.- En ese instante, Luca sintió ganas de sonreír pero su discapacidad se lo impedía. Solo podía quedarse a observar aquella chica que le habló por primera vez en la escuela, esperando algún día poder jugar con ella.Todos los derechos reservados
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