Sembrar el terror

Entre otras cosas, el terror es un sentimiento al que cualquiera es vulnerable en algún punto de la vida. Las primeras experiencias, entre el monstruo debajo de la cama o el del armario; las sombras en las paredes o los fantasmas fuera de la ventana; los sonidos extraños; las pisadas en las escaleras; las luces apagadas y los misterios en la oscuridad.

Con el paso del tiempo, ¿qué tan receptivos somos al terror? ¿Cuánto somos capaces de negarnos a un acto inusual? Personas en las calles que desaparecen, voces en el oído mientras duermes. Como personas racionales siempre tratamos de buscar respuestas convincentes a todo aquello que no podemos explicar, somos incapaces de creer que ciertas cosas no tienen explicación. ¿Es nuestra mente jugándonos una mala pasada o una realidad que no queremos aceptar? ¿Son nuestras emociones desbocadas? ¿Realmente somos dueños de lo que sentimos y vemos?

Ser víctima del terror es parte de ser humano. Te doy una horrorosa invitación a lo inexplicable.

«No temo al peligro salvo en su versión última, el terror. En esta condición lamentable, pienso que tarde o temprano llegará el momento en que deba abandonar la vida y razón a un tiempo, en mi lucha con este horrible fantasma, el Miedo.»
Edgar Allan Poe.

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