Al principio, cuando los arqueólogos descubrieron los esque- letos se sorprendieron, pero al seguir excavando su sorpresa se convirtió en espanto. Lo que habían tomado por los restos mor- tales de unos monjes, en realidad eran los restos de mujeres... y de niños. Un día cualquiera, hace cientos de años, debía de ha- ber ocurrido una catástrofe en el convento benedictino situado al sur de Bohemia, ahí donde ahora estaban excavando. Una catástrofe que, en contra de todas las reglas de su orden, llevó a los monjes a enterrar esos cadáveres al borde del cementerio, en una fosa común sin señalizar, y conservar el secreto hasta que el destino borró el convento de la faz de la tierra. Tal vez sólo se hubiera tratado de una de las numerosas tragedias ignotas y jamás aclaradas de la historia si el enigma que la rodea no estuviera relacionado con otro aún más anti- guo: el enigma que rodea uno de los manuscritos más miste- riosos de la historia eclesiástica: el Codex Gigas. La Biblia del Diablo. El manuscrito más importante del mundo fue redac- tado en el siglo XIII e incluso su creación está rodeada de le- yendas. Tanto los hombres de la Iglesia como los alquimistas procuraron que los condujera a la iluminación... o que les indi- cara el camino a las tinieblas. El convento en el que fue descubierta la fosa común es el lugar donde se originó la Biblia del Diablo. Esta historia narra lo que tal vez ocurrió.