Un cuarto de huéspedes es una excelente opción cuando queremos hacer sentir a nuestros invitados especiales. Pero... ¿Qué harías?, si uno de tus invitados al llegar a tu casa y tu confiadamente le asignas el cuarto de huespedes, pues es el indicado para él ya que es solo un invitado, la habitación está perfectamente amueblada, ahí no le hará falta absolutamente nada; te dijera, que no puedes dejarlo en el cuarto de huéspedes, que debes darle acceso sin restricción en toda tu casa. ¿Qué harías? si te dijera que ahora que él ha llegado debe ser el dueño de tu casa?. Esa respuesta no vale la pena ni pensarla, inmediatamente lo despediremos de una manera muy educada o lo sacaremos a patadas. Esto estaría bien con cualquier invitado que tenga la osadía de hacer lo antes mencionado. Pero... ahora espera, que tal si te digo que este invitado no es cualquiera que es sin duda alguna Jesús de Nazaret.¿ Qué harás; lo despediras cortezmente al conocer sus verdaderas intenciones. ¿ Lo sacarás a patadas?. O ¿Aceptarás la invitación ? Bienvenidos a esta historia, que no es más que una representación literaria del viaje que hace Jesús a nuestro mundo interior cuando decidimos abrir la puerta de nuestro corazón. 12/12/19 16/04/20
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