«¿Qué ves cuando cerrás los ojos?» esa pregunta siempre me la hacía mamá cuando no podía dormir o tenía miedo. Era una especie de juego: Yo cerraba los ojos y, ella, a veces, me relataba paisajes de ensueño; otra veces lo hacía yo. Mundos imaginarios donde me sentía segura, feliz, libre y terminaba por dormirme. La madrugada del 9 al 10 de noviembre de 1938, más conocida como "La noche de los cristales rotos" mi vida cambió para siempre....