Story cover for Lujuria y Poder by MelodyBrigitte
Lujuria y Poder
  • WpView
    Reads 13,619
  • WpVote
    Votes 774
  • WpPart
    Parts 53
  • WpView
    Reads 13,619
  • WpVote
    Votes 774
  • WpPart
    Parts 53
Complete, First published Nov 14, 2019
Mature
─ "Sus ojos recorrían mi cuerpo, sus labios se adueñaban de los míos, mientras que la sangre se filtraba de por medio. No hay cariño, solo posesión, no hay amor, solo deseo, es un infierno... Y no por mas enfermo que suene... No quiero escapar de el"


─ "Su alma y cuerpo me pertenecen, su mirada solamente puede verme a mi, solo es un chico que desea ser llevado al cielo en una nube de placer... Y yo soy el diablo que esta dispuesto a darle lo que pide... A cambio de la estancia eterna en el infierno...
All Rights Reserved
Table of contents
Sign up to add Lujuria y Poder to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 8
Perversamente Ella cover
Pasión Demoniaca cover
Timothée  cover
Yo Tu Demonio. Tú Mi Infierno cover
La obsesión de Adams © |#1| [+18] cover
Mitades rotas ( deathmask x afrodita) cover
El Arte de la Memoria. - SamBok. cover
One shots +18 cover

Perversamente Ella

51 parts Ongoing

Abbie nunca quiso ser el centro de atención, pero su belleza la traicionaba. Desde el primer día en la escuela, todos la vieron, todos la desearon, pero nadie se atrevió a acercarse. Su piel de porcelana, su cabello negro azabache y esos ojos almendrados hipnotizaban a cualquiera. Pero Abbie no buscaba miradas ni susurros a su paso, ella solo quería existir sin ser observada. Con dos amigos y un pretendiente eterno que no entendía un "no", su mundo parecía monótono... hasta que apareció ella. La rubia. Era salvaje. Intensa. Dueña de una belleza abrumadora y peligrosa. No sonreía por cortesía ni fingía para encajar. Y lo peor -o lo mejor- era que fue de las pocas que no giró la cabeza para mirarla. Como si la perfección de Abbie no le importara en absoluto. Y eso la enloqueció. Porque esa chica, con su actitud desafiante y su mirada de hielo, escondía un fuego que Abbie moría por encender. Le advirtieron que era un error. Que la rubia no dejaba entrar a nadie en su mundo. Que se mantuviera lejos. Pero Abbie ya estaba perdida. Iba a conocerla. Iba a tentarla. Lo que no imaginaba era que, cuando jugara con fuego, la que terminaría ardiendo sería ella.