No había chica que se pudiera resistir a los encantos de Dylan O'Brien, y él lo sabía. Tal vez eran sus tácticas de seducción, quizá era su ronca y profunda voz hipnotizante, o quizá sus brillantes y profundos ojos café. Talvez era eso y más, todo acompañado de largas y falsas esperanzas. Dylan sabía jugar bien sus cartas. Pero al final es como bien dicen por ahí, "El karma existe y, tarde o temprano, todo se regresa". «22/12/15 #137 en Fanfic» «19/08/16 #126 en Fanfic»