"Él la amaba, sólo a ella. Y ella a él". Dobló el trozo que había arrancado anteriormente de su cuaderno de ciencias y, tras unos segundos, decidió meterlo en la mochila de su compañera mientras ella se ausentaba al baño. Desde ese día, no pasó un sólo día que no repitiera este acto secretamente. Sabía que ella lo leía, y sólo esperaba que esas escasas palabras le sirvieran de algo.