Su mano se levantó despacio de su regazo, y la puso sobre la parte baja de mi espalda, descendiendo, hasta posarla sobre mi cu.lo. -"La compañía de impresión puede hacer esto"-Paré a mitad de la frase, con la respiración atrapada en mi garganta, y me helé. Por un instante, un millón de pensamientos azotaron mi mente. En los 9 meses que llevaba trabajando para él, jamás me había tocado intencionadamente. Esto era, definitivamente, intencionado. El calor de su mano me quemaba la piel a través de la falda. Cada músculo de mi cuerpo se tensó. Qué demonios estaba haciendo? Mi cerebro gritaba para que apartara su mano, y decirle que no volviera a tocarme jamás, pero mi cuerpo tenía otros planes. Mis pezones se endurecieron, y mi mandíbula se cerró con fuerza. Pezones traidores. Dejé salir el aire que tenía retenido, y sentí el corazón latir con fuerza en mi pecho. Por lo menos había pasado un minuto, y ninguno de los dos dijo nada, nuestras respiraciones y el débil sonido de la ciudad era lo único que se escuchaba en la sala de conferencias. -"Dese la vuelta, señorita lee"-dijo despacio