Encontrar palabras para expresar las emociones es uno de los más grandes desafíos del ser humano, aún cuando ni siquiera somos capaces de identificar qué sentimos y porqué sentimos como sentimos. La complejidad entre la mente y el corazón.
No entiendo muchas cosas y en ocasiones prefiero no comprender lo que eventualmente termino entendiendo. Como si todo proceso de aprendízaje fuera inevitablemente sufrimiento.
Ya casi que mis palabras se vuelven incomprendidas por los que tal vez lleguen a leerme algún día, no escribo por ellos, o si, pero principalmente por mi. Todo acto que invoca el deseo de expresar (independiente del modo en que se quiera hacerlo) se hace principalmente por uno mismo, y la necesidad de liberar o canalizar emociones. El talento de hacerlo bien o no, se desarrolla en función del individuo y sus aptitudes.
Todo esto no es más que una introducción a lo que será el libro, mi vida, mis pensamientos y todo lo que estoy aprendiendo en este viaje que llamamos VIDA. El objetivo es expresar, canalizar y plasmar de alguna manera las experiencias que he vivido en mi corta pero intensa vida.
No es un libro de autoayuda, de psicología, ni psicoanálisis, no es mi área, y menos mi educación o formación. Lo que sí es este libro, y no tengo dudas al respecto, es una forma de conectar todas esas experiencias que viví y quiero expresar desde mi perspectiva o visión sobre las situaciones que me afectan, en las cuáles, tal vez algunos puedan sentirse identificados o simplemente disfrutar de las desgracias ajenas. Eso último es broma, o no, depende de cada lector.
Bueno, no quiero hacer de esta bienvenida algo aburrido y repetitivo, no hay mucho más por decir, pero una última cosa, si no puedes comprender, conectar, y disfrutar el libro, no lo leas, no va cambiarte la vida ni nada por el estilo. Ahora sí, sin nada más que agregar, gracias por llegar hasta acá.
Conjugada ♡
Vivir a medias basados en el conformismo muchas veces eso no es vivir, perdemos los días con la esperanza de que estamos haciendo lo correcto y que para los ojos de las personas es aceptable... pero nos estamos olvidando de lo más importante del vivir: Saberse libres.
Tenía apenas diecisiete años cuando mi vida se transformó para siempre, sin darme cuenta fui perdiendo lo que más me importaba con el pasar de los años, todo cambió... yo cambié. Ahora simplemente no me reconozco, veo mis manos, mi cuerpo, toco mi rostro, mi cabello y parecen ser los de alguien más; y es que cuando entregas todo por amor simplemente te quedas vacía y marchita por dentro. Me enamoré de él sin siquiera sospechar de lo que se avecinaba, tan ingenua como siempre.
Ahora los días han dejado de significar, se han vuelto eternos, las horas insufribles, los minutos un tormento y los segundos mi propio infierno... He tenido de sobra para pensar en mi vida, mi patética vida. He tropezado y me he levantado... vuelvo a caer y con cada tropiezo me vuelvo más débil... hay días en los que dejo que mi mundo se venga abajo y la soledad, mi fiel compañera, tome posesión de mi cuerpo, dejándome embriagar por sus palabras y dejando que fluya en mi interior.
Dicen que el tiempo puede sanar las heridas. Pero lo que no nos dicen, es que las cicatrices siempre nos recordarán el pasado, que la sensibilidad esquiva el razonamiento y éste, a su vez, desgasta la entereza... Dicen que de todo se aprende, pero cuanto daría por qué no siempre las lecciones fueran tan dolorosas.
Nota: este libro es totalmente mio, producto de mis días felices y tristes.