Si soy sincera, no se como empezar a contar mi historia. No es muy peculiar, simplemente una más del montón, o eso creía yo. Pensaba que todo iba a surgir tal como lo había planeado, pero no, tenía que aparecer él. Él y su sonrisa. Él y sus estupideces. Él y esa manera que tiene de enamorarme con cualquier mirada. No sé como consiguió tenerme, de la manera en la que me tiene, o tal vez si. Bueno, me presento, me llamo Kira, tengo 16 años y actualmente vivo en Granada. Soy una persona amable con quien quiero y lo merece, osea 9 personas, mis amigos. Me encanta el amor, pero solo leerlo, no sentirlo.
Por cierto, vivo con mi padre, con mi hermana y con mi hermoso y gordo gato, Lionel Messi.
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¡Que le den! Será imbécil el subnormal este. ¿Quién se cree? Que por qué sea mi "padre" puede alzarme la voz, reprocharme cosas y hablar de temas prohibidos cuando le de la gana. Es que no sé que hago aquí, podría irme con mi hermano Alejandro a la casa de nuestra tía y que nos adopte ella. Sería mucho mejor que la vida que llevo ahora, aunque no está mal. Fumo, bebo cuando quiero, tengo lo que quiero cuando me da la gana y tengo un confidente leal que es igual a mi en todos los sentidos, mi hermano gemelo, Alex. Los dos nos complementamos en todo lo que hacemos, menos en el amor. Alex ha sido más de relaciones y yo de rompecorazones. Me llamo Hugo, tengo 16 años y está es mi historia.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.