Solo digamos que con algunas personas no se jode, y menos estando en Las Vegas. Pero de todos los peligros, el peor pecado en el que podría caer Dylan Collins, era en el de una mujer como Adrianne Blair. Y no se le puede culpar, ella en su ajustado traje de mesera y actitud profesionalmente amable no podría parecer una amenaza, pero ¿quien se lo imaginaria? Que cuando el Blue Lights Bar cierra y ella sale a las calles de Nevada, lo que se esconde tras la mascara es todo un infierno de diferencia. Bienvenido a la peor pesadilla y a la vez el mas húmedo de los sueños.
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