-Te lo imploro... no me dejes- murmuró con los ojos vidriosos y las manos temblando, como si toda su esperanza estuviera a punto de desmoronarse. -Lo suplico, mi amor- su voz se quebró en un sollozo desesperado
El hombre de cabellos castaños llevó sus manos a sus mejillas, limpiándose las lágrimas con un gesto de impotencia y dolor.
Parecía un niño perdido.
Con un dolor profundo y desgarrador en el corazón, acercó una de sus manos temblorosas al cuerpo ajeno, postrado en la camilla.
Cada paso que daba hacia esa figura inerte le parecía una eternidad.
Sus dedos se contrajeron al instante de tocar la fría piel, sintiendo como si un fuego helado se extendiera desde sus manos hasta su alma.
La sensación de ahogo lo inundó, haciendo que su pecho se oprimiera.
"Frío." Eso fue lo primero que sintió al tocar a su ser querido. Un frío que parecía penetrar hasta sus huesos, robándole el aliento y la esperanza.
"Muerte." El fuerte pensamiento que atravesó su mente confusa. Una palabra que resonaba con una claridad aterradora en su interior, como un eco que se negaba a desaparecer.
"Que no sea lo que estoy pensando. Dios, por favor." Suplicó mentalmente entre sollozos, sus pensamientos se mezclaban con el dolor y la desesperación, formando una oración desesperada al cielo.
"Miedo." Un miedo paralizante que lo hacía temblar de pies a cabeza, temiendo lo peor, pero sin querer aceptarlo.
"Abandono." El sentimiento de ser dejado atrás, de perder a alguien tan esencial para su existencia, lo golpeó con fuerza.
"Soledad." Un vacío inmenso y oscuro comenzó a invadir su corazón, como si todo lo bueno y cálido en su vida se desvaneciera.
"Culpabilidad." La quinta sensación. Una culpa abrumadora que lo hacía cuestionar cada decisión, cada momento, preguntándose si podría haber hecho algo para evitar esta tragedia.
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.