Vitalii viajó a Moscú con la esperanza de que pasar un tiempo en el extrajeron fuese suficiente para saber que hacer con su vida, sinceramente no sería de sus países favoritos el visitar Rusia pero como fue invitado por Irina a unas mini vacaciones, no se pudo quejar. El encontrar a su adorada prostituta polaca no hizo las cosas menos interesantes, si no todo lo contrario, el hallarse con Jakub fué lo único que hizo especial ese viaje. -Deja de decirme prostituta, imbécil. -rumió Jakub. -Ese cuello alto hace que te veas de infarto, bebé. -¿Y? no soy una prostituta. -Ah, no lo sé. Me sacas dinero hasta por respirar cerca de ti. -No te cobro por entrar en mi cama. -Pero si por salir de ella. -Imbécil.