Cada canción que escucho tiene un nombre, un recuerdo, una fecha, me recuerda muchos momentos. Hasta puedo saborearlas. Un sabor que sube desde mi estómago y me causa acidez, desasosiego, me mata sin querer.Todo me recuerda a ti, hasta el viento clama tu ausencia, el tiempo se detiene cuando mi mente en ti piensa. Y me rompo yo mismo. Mi masoquismo no tiene nombre, inconscientemente te busco en cada esquina de mi casa, en cada puerta cerrada, olvidando que te marchaste, que hace mucho tiempo huiste y ni avisaste. Algo se rompió con tu partida y todos nuestros recuerdos pasan día a día por mi cabeza llenándome de penas, angustia, tormento. Sabía que el sol desaparecería si te perdía. Lo siento, de verdad lo siento. Ahora mi vida es un teatro, un escenario donde escondo mis lágrimas detrás de sonrisas, donde tuve que aprender a actuar muy deprisa. Pero, estoy seguro que quizás en otra vida podré hacer que te detengas, o quizás dentro de muchos años, cuando no te espere, toques mi puerta. Si buscas historias felices no leas esto.