A veces la vida nos obliga a encerrarnos en nosotros mismos. Nos obliga a ser como animales enjaulados, cualquier movimiento brusco nos provoca. A veces el miedo nos controla y el dolor nos nubla el razonamiento. A veces no hay otra opción. Minho protegería a su hermano menor a toda costa. Aunque quizás con el tiempo sume personas a su corta lista de prioridades. Quizás haya alguien que logre ablandar un corazón tan asustado y dolido como el suyo.