El chico subió al camión y pago su respectiva cuota desde la escuela hasta su casa, tomando asiento en el penúltimo lugar del camión del lado de la ventana, volteando su mirada inmediatamente hacia el paisaje fuera de este. Música a lo mas alto que sus audífonos le permitían. Durante un tiempo estuvo pensando e imaginando miles de cosas y dejándose llevar por la música. Minutos después vio a alguien sentarse a su lado, no le tomo mucha importancia aunque esa cabellera castaña hubiera ganado un poco de su atención. Desvió de nuevo se cabeza hacia la ventana hasta sentir un peso sobre su lado derecho, no era precisamente mucho peso; pero bueno a quien no le molesta que lo usen de almohada y por alguien desconocido.