Katlyn se despierta rodeada de tubos que introducen líquidos en su organismo. Una luz cegadora impide a Katlyn que vea los objetos que se intrometen en su campo de visión sin su consentimiento. No quiere recordar como llegó hasta aquí, pero lo sabe bien. Puede que el hecho de seguir viva sea un milagro. O puede que sea una pesadilla. La vida no es ni mucho menos perfecta para Katlyn. Se ha metido en una agujero negro del que no es consciente y puede que sea mejor que su realidad. Pero muchas veces lo que deseamos no es lo que nos depara el futuro. Sólo personas que no conocen nuestra historia son capaces de hacernos ver otra realidad.