-¿Sabes? -Empezó elevando también el tono de voz. - Siempre te consideré una persona fuerte, pero ahora veo que me equivocaba. -Negó riendo sin humor con la cabeza. -Eres una persona débil, -sentenció acusándome con el dedo -débil e incapaz de afrontar tu futuro con la cabeza en alto, solo te lamentas de tu estado y repartes tu mierda para todos, para que no se te acerquen, para que huyan de ti y te dejen en paz, compadeciéndote de ti misma siempre. -Sus ojos me miraron furiosos, decepcionados. Varias lágrimas se derramaron por mis mejillas haciéndome sentir estúpida. -¿¡Cómo te atreves!? -Vociferé igualando su tono de voz. -¿Cómo puedes hacerme esto? ¡Tú no eres nada para mí! ¡Y yo nunca he sido nada para ti! -Esta vez le apunté yo con mi dedo. -¡No intentes engañarme ahora con tus mentiras! ¡Eres un maldito...! -¿Perdona? -Me interrumpió indignado. -¿Cómo has dicho? Creo que no he oído bien. -Se empezó a acercar amenazante hacia mí. -¿Has dicho que tú no eres nada para mí? -Esta vez sí que empezó a reír con humor. - ¿Es que acaso no he sido obvio durante todo este tiempo? -Negó con la cabeza deteniendo su paso. -Yo te quiero Kelsy pero ya veo que para ti todo lo nuestro no ha significado nada. -Mi corazón se detuvo y la respiración se me quedó atascada en la garganta. -Bien, lo acepto -empezó retrocediendo con las manos en alto. -Igualmente, ya estoy acostumbrado a que me rompan el corazón.All Rights Reserved