Mi cuerpo yacía golpeado y maltratado en el suelo de esa lujosa habitación, mientras mis oídos eran torturados por el sonido del llanto de aquel bebé, de mi bebé. Abrí los ojos en busca de mi hijo. No lo encontré, solo logré ver a su padre dándome la espalda, mientras observaba la cuidad desde el balcón. "-Andrew -mi voz salió ronca y temblorosa." Al parecer me escuchó, ya que se dio la vuelta. Sonreí al ver que tenía a mi bebé en sus brazos, envuelto en su peculiar manta amarilla. Sonrió maliciosamente y mi adolorido cuerpo se tensó al instante; mi mente comenzó a imaginar miles de situaciones donde le hacía daño a mi hijo. Andrew extendió a mi hijo hacia el vacío. Comencé a gritar mientras lágrimas espesas salían de mis ojos. "-No... no... no lo hagas. También es tu hijo -le grité desesperada." Comencé a moverme desesperadamente para llegar donde estaba, pero era imposible, ya que estaba atada de pies y manos. "-Esto te pasa por perra, Samantha -dijo mientras soltaba a mi hijo." Gritaba y lloraba, mientras él reía a carcajadas. Ahí me di cuenta del verdadero peso de mis decisiones. Ahí nació el verdadero sentimiento de culpa y arrepentimiento.All Rights Reserved
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