Rodee los ojos y me volví a sentar en aquella vieja y morada silla, abrí más los ojos y volví a leer, y leer, y leer esa escena, pero no me salía. Bajé a la cocina dónde estaban todos, estaban haciendo la cena, dejé el papel a un lado y me incorporé en la conversación que tenían, cuando de pronto vi una enorme cara, en una ventana tapiada con madera, la miré y cuando me dirigía hasta allí, desapareció. Me giré y todos habían desaparecido.All Rights Reserved