"El Rey estaba de pie en bata mirando al cielo. Su cabeza parecía ser amiga íntima de la luna pues, sus colores, se mezclaban en esa maraña de ondas plateadas. Al sentir la mirada del príncipe el Rey se giró, lo observó un momento mientras le sonreía y le guiñó un ojo. Miró por última vez la luna mientras alargaba su despedida caminando por lo largo del balcón y se adentro a su habitación. No era la primera vez que su abuelo y el coincidían en ese ritual nocturno, era casi tradición para Hakoon encontrárselo despierto el también cuando no podía dormir. Pero esa noche había algo diferente, algo que no había ocurrido en las noches anteriores, esa noche, su abuelo se sentía lejano: Hakoon lo veía pero sentía que estaba lejos, muy lejos, y aunque era una lejanía que no tenía sentido y que no alcanzaba a explicar, sentía como su corazón se apretaba dentro de su pecho con una sensación desgarradora de miedo".All Rights Reserved
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