Tengo un sueño recurrente
Ante mis ojos, está una calle de piedra, angosta, no muy transitada, se que estoy en capital, no me pregunten solo lo se.
Me giro y veo la puerta de una tienda con la pintura roja desgastada y dos grandes letreros fluorescentes en la vitrina.
Entro en ella, los colores explotan en mis ojos, es un sitio repleto de vinilos, ya saben de esos que se colocan en una caja y suenan con una aguja en una de sus aureolas.
El olor es peculiar, dulce, tal vez... ¿vainilla?, las paredes estan repletas de posters y una guitarra negra está colgada en ella.
no tengo idea de porque estoy ahí pero se que es mi lugar tranquilo y feliz, lo único que tengo que hacer es quedarme horas viendo las portadas y escuchando las canciones que suenan y hacen eco en el local.
Solo me falta alguien con quien compartirlo
Cuando día personas están destinadas es fácil saberlo pero cuando no es difícil. Liam era el chico popular con fama de malote que desde lejos parece no tener sentimientos, Natalie una chica de libros que va de aquí para allá con una sonrisa siempre pero cuando tiene que ser dura, lo es.
Natalie era todo lo contrario que Liam quería en una chica, pero ella ahora es la única que logra ver algo en el que los demás no pueden, pero aún así hay algo que no sabe de ella.
Eran la persona adecuada pero en el momento incorrecto.