Un pequeño Hoseok de tan solo 10 años sufre una vida de maltratos y abusos en aquel orfanato en cual su madre lo abandonó a sus 3 años desde ese día el pequeño de 3 años era maltratado y obligado a hacer cosas que no quería hasta llegar al punto de dejarlo con un trauma mental que no le permitía poder hablar bien, otra razón por las que sus compañeros lo molestaban llamandolo tartamudo. que un día como cualquier otro Hoseok se encontraba sembrando las semillas del maíz en el gran patio de aquel orfanato cuando las encargadas de instituto reunieron a todos los niños, todos lucían limpios con su cabello arreglado y su ropa planchada y limpia, ecepto uno que se encontraba en una esquina, su ropa llena de tierra por haber estado sembrando semillas y su cabello despeinado por el cansancio al igual que su carita sucia con tierra, un chico, mucho mas alto que el con un traje elegante y una mirada que volvía frío el ambiente pasaba viendo a cada uno de los niños hasta detenerse frente a Hoseok mirandolo de pies a cabeza dándole una sonrisa, una de las más lindas que Hoseok había visto
- el
Hoseok estaba confundido mientras escuchaba aquel chico y veían como tomaban su mano para llevarlo a la dirección, Hoseok no entendía nada, sin darse cuenta que ese día cambiaria su vida