En la penumbra del alma rota, donde los versos oxigenan el cuerpo, nacen los motivos de sombras. La tinta llora sobre el papel, buscando aliviar el dolor. Reflejos y sombras bailan al compás del latido perdido. No hay color, solo emociones arraigadas al centro. Es un vacío de corduras. En este libro se entrelazan las historias. Fragmentos de un lunático incrédulo jugando a ser poeta. Un espacio de coexistencia entre la vida y la muerte. Aquí, es donde empieza todo.