Olía a sal, a plantas de agua y madera de grietas bajo los dedos. Olía como Raoul nunca había olido, a burbujas de espuma cuando las olas se volvían remolidos contra el barco, animal de esa forma salvaje que le recordaba a cuando era un niño. Pero, sobre todo, olía a Agoney. Y Raoul lo llevaba grabado en el cuerpo a cicatrices. (O donde Agoney es un pirata de secretos y Raoul solo quiere ver el mar por primera vez). OS del Amigo Invisible. Para Ali.