Alguien una vez me dijo que la vida es un escenario, que un escenario es un cielo lleno de estrellas, y que las estrellas somos nosotros. Pero ¿qué sentirías si tu estrella preferida empezara a apagarse y no pudieras hacer nada para salvarla? ¿Te quedarías a verla agonizar o te irías? Esa misma pregunta me la hice yo en cuando mi mejor amigo me dijo que tenía cáncer, y ésta es mi historia de cómo vi crecer a ese monstruo dentro de él.