Las buenas historias son aquellas que consiguen engancharnos. Logran que nos regocijemos recordando gratos momentos y por supuesto, nos estremecen con aquellos que desearíamos nunca haber vivido. Funden nuestros pensamientos con los más sublimes sentimientos que nos embargan. Además siempre consiguen que tras un ligero suspiro nos embriaguemos con dos efectos opuestos: que una ligera y sincera sonrisa vislumbre en nuestro rostro o que unas amargas lágrimas escapen para morir en la comisura de nuestros labios.
Tan solo espero que esta historia se convierta en una buena historia para ti…