Luca y Matilde

Verano de 1980, Manchester by the Sea.
Luca, de dieciséis años, no planeaba hacer mucho ese verano. Con coquetear con Nic, ir a nadar con sus amigos y escaparse de su casa por las noches, tenía más que suficiente.
Ahora una nueva inquilina llegó al 126 de St Vincent. No era algo nuevo, ya que sucedía cada temporada verañiega, y era extraño que usaran el cuarto que tenía vistas al de Luca, por lo que no parecía ser un gran problema.
Pero la señora que la habitaba este verano se pasaba tardes enteras en ese cuarto y no paraba de observar todo lo que Luca hacía. Él esperaba que la incomodidad durara solo unas pocas semanas y luego podría seguir con su vida normal, pero todo empeora cuando su madre lo ofrece voluntario para ayudar en los quehaceres a esa vieja bruja, y se ve obligado a pasar tres tardes a la semana bajo su insufrible ojo evaluador. Pero bueno, quería ese dinero para comprar una patineta. Luego, la vieja bruja se iría y por fin podría tener paz.
O eso le gustaba pensar.