Quería huir lejos. Ya no me funcionaba el esconderme para que tarde o temprano ser encontrada, esa era mi vida, huir y esconderme. Mi vida era como la versión macabra del escondite, pero en este caso solo existían dos jugadores, el lobo feroz y la astuta liebre. Aquí la pregunta es, quien ganará? La pequeña liebre o el gran lobo.