- Hagamos esto... - El extraño de ojos verdosos parecía estar disfrutando mucho del momento y por alguna razón eso no lo incomodaba para nada. - Voy a estar contigo, seré tu amigo, acompañante o como quieras llamarlo, todo hasta que vea una sonrisa completamente sincera de tu parte, y entonces dejaré de molestarte... ¿trato? - Su mano se extendió hasta que encontró la ajena, el molesto muchacho ya estaba estrechando la misma y cuando lo soltó no pudo saber con exactitud en que se estaba metiendo.
Liam era el chico popular con fama de malote que desde lejos parece no tener sentimientos, Natalie una chica de libros que va de aquí para allá con una sonrisa siempre pero cuando tiene que ser dura, lo es.
Natalie era todo lo contrario que Liam quería en una chica, pero ella ahora es la única que logra ver algo en el que los demás no pueden, pero hay algo que ella aún no sabe. La falta de comunicación y el no sabes expresar los sentimientos fue lo que les faltó a ellos.
Eran la persona adecuada y por no saber expresar lo que sienten, nunca lo supieron.