¿Cómo era posible que la pasión compartida en los primeros meses de su matrimonio se convirtiera de pronto en un frío resentimiento? Poco tiempo después del matrimonio, Jane Lowell y Christopher Evans comenzaron a tener serios problemas. Tal vez nunca debieron casarse porque tenían diferentes temperamentos y puntos de vista sobre los aspectos de la vida. Y era obvio que el hecho de que Chris estuviera comprometido con otra mujer, no mejoraba la situación. Pero, ¿Se arreglarían las cosas si Jane se dirigiera a su viejo amigo Tom, quien le dio a entender con toda claridad que quería ser algo más que un amigo?