Cerré los ojos, ya no quise abrirlos, sólo quise salir huyendo hacia la "nada", no quería salir adelante, me sentía destrozada, todo el tiempo me sentí así, sin ningún interés, sin nada que hacer ni en que pensar. Todas las mañanas al despertar era la misma historia, me levantaba de la cama con un terrible pesar en todo el cuerpo, un espantoso vacío en el pecho y una herida en mi corazón(literalmente), me miraba en el espejo, no tenía ninguna energía positiva para el comienzo del día, sin embargo sonreía, me vestía y me arreglaba, siempre intentaba maquillarme cada vez más, para parecer guapa. Mis padres me llevaban a la escuela, me despedía y salía del coche, caminaba hacia la entrada de la escuela, conectaba mis audífonos al celular y ponía mi música de siempre, caminaba hacia las escaleras para poder subir a mi salón, entraba y me dirigía hacia mi banca para sentarme, llegaba mi profesora y casi nunca ponía atención en clase, mis pensamientos no me dejaban concentrar.