Se insinúa que el conocimiento es el mayor poder y no es falsa esa premisa, pero también es cierto que es la causa del desastre y la locura más antigua, el peor enemigo del hombre es la mente y solo cuando sabemos que es capaz de traicionarnos, sucumbimos ante la comprensión del conocimiento y es cuando comprenderemos que la vida no tiene sentido y que la existencia es la peor tortura ancestral presente.
¿Hasta dónde es capaz de arrastrarse alguien víctima de la desesperación?
Pues la razón y la cordura que tanto nos preciamos de portar desaparece al presenciar la más ocurra verdad de la comprensión, por ello debemos permanecer eternamente en nuestra oscura cuna primordial, aquella que nos protege del horror, aquella que nos impide caer en el abismo de la demencia y que nos mantiene tomados de la mano de los valores insulsos que tanto apreciamos e inútilmente luchamos por conservar, la dulce ignorancia.