Tras una estable vida junto a una mujer tan adorable y temperamental como lo era Mitsuba, Yuu se reencuentra con el ser que más había amado en todo el mundo. Sin embargo, no pensaba darle el placer de siquiera demostrar su interés en aquel rubio. A pesar de los hermosos momentos que vivió junto a él en antaño, también perduraba la sensación de que, quizá no valía la gran cosa porque Mikaela siempre quiso hacerle ver a todos que era, según él, lo mejor del mundo, y además la traición de su antiguo amor, hasta la fecha seguía siendo una herida fresca en su corazón de hierro. Mika debía seguir siendo un narcisista, pensó Yuu. O quizá Mika realmente había cambiado como tanto este lo alegaba.