El receso invernal llega a su fin y una nueva etapa de sus vidas comienza. Ambos adolescentes, aún desconocidos, parecen no tener nada en común; pero tan solo vivir en la misma ciudad, es motivo para que el universo los una. Mientras que Lúa es un tanto problemática e inmadura; Maxxie parece ser demasiado serio y metódico como para tener diecisiete años. ¿Como es posible que terminen obligados a encontrarse cada tarde? Bueno, al parecer el destino se empeñó en que ambos aprendan una lección y qué mejor ejemplo que ellos mismos. ~Sí, los polos opuestos se atraen; pero, ¿qué tal si ellos se necesitaban mutuamente más de lo que esperaban?~