Hablando de pérdidas de sentido, yo un día perdí el sentido de la vida. Quiero esforzarme para que los que tienen pérdida de un sentido tengan emociones que se los hagan recordar, para que no pierdan el sentido de la vida. A momentos lo recupero, pero muchas veces lo recuerdo. Tuve miedo de perder muchas cosas pero cuando no te planteas perder algo, pasa sin percibirlo... y en el momento que lo ves, lo añoras con nostalgia. Al contrario de cuando pierdes algo que temías, te produce alivio porque ya pasó lo peor. Pequeñas motivaciones te pueden dar ganas de cambiar tu vida, de seguir, de vivirla, de disfrutarla y, te planteas hacerlo en compañia. Una segunda oportunidad te llena de magia.