Jason Hammer es el chico perfecto, siempre alegre, honesto, divertido, inteligente, de sonrisa tranquilizadora, es esa clase de personas que te ayuda a seguir adelante, a superarte y dar lo mejor de ti. Esa clase de personas que son genuinamente buenas, sin nada arrastrándolos a un pasado tormentoso o a un futuro desgarrador, sin sombras de dolor ni penumbras de odio.
Es el chico perfecto, y hablo muy enserio, no es por exagerar, pero Jason lo es, es el chico perfecto. Y te voy a contar la historia de cómo lo conocí, de cómo lo tuve y lo perdí.
De cómo, sin saber, grabe su nombre en lo más profundo de un alma.
Pero entes de todo, antes de dar inicio o cualquier cosa que se le parezca, debo aclarar algo, él era un gran chico. Y yo escribo esto en el nombre de Jason Hammer.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.