- ¡Que te calles, estoy hablando! - la joven detuvo su andar frente a Gerald molesta y dispuesta a continuar con su absurda platica fue interrumpida por una persona, que por inercia la tumbó contra el suelo. -Idiota, ¿Qué no te fijas por dónde vas? - Yennefer se levantó con dificultad ante la atenta y divertida mirada de Gerald.
-Lo lamento señorita, no tenía intención de tumbarla de esta manera es solo que...-
- ¡AHÍ ESTÁ, TORUVIEL, LO ENCONTRÉ! -
Hasta entonces, Gerald no había prestado atención a otra cosa que no fuera la cómica mueca de vergüenza que Yennefer con coraje intentaba borrar. Sin embargo, cuando levantó la mirada, fue como ir montado en el lomo de un tigre por el ojo de un huracán. Frente a él se encontraba el chaparrito más bello que en su vida pudo conocer y todo pasó en cámara lenta.
Una morena de aspecto agresivo lo tacleó y le gritó un par de groserías.
Yennefer entró al aula dejándolo encantado por el joven.
Y él, que no podía apartar su mirada del muchacho que se jaloneaba desesperado porque no lo golpearan contra el piso del pasillo, simplemente pudo gruñir como lo hace Sardinilla cuando le compra el alimento caro que tanto le gusta.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...