En el fondo noto una figura, no recuerdo haberla visto antes, por la forma de la cabeza y su melena creo que es un león, es extraño, es como si... me llamará, a decir verdad es extraño incluso pensar que puedo reconocerlo ya que los leones son todos parecidos por no decir casi iguales, pero éste, es... Diferente, casi puedo oír sus rugidos, y estoy tan concentrada imaginando como sería que no me doy cuenta que estoy oyendolo de verdad, me llevo una sorpresa cuando veo que el mar comienza a moverse y no conforme con ello, el agua comienza a salir por el borde del cuadro.
- ¿Pero que... - dejo caer el frasco de galletas casi vacío - -¡¿Qué está... pasando?! - digo para mí misma, las palabras a penas salen de mi boca, el agua que sale del cuadro y no se detiene, comienza a caer y pareciera no terminar - Demonios, no debi comer tanta azúcar - pensé.
Intento retroceder pero al primer paso en reversa caigo a lo que parece ser agua, ya no veo mi casa ni la pintura, solo agua, afortunadamente mi madre me enseñó a nadar e intento alcanzar la superficie, lo primero que veo al salir es un sol resplandeciente, trato de procesar todo lo que pasa pero no puedo, estoy en shock y esto.... no es Finchley.