Frío es todo aquel que en la angustia cae su frágil alma y mente, frío es aquel que aquí posa su propia cima. El frío destruye, arranca y congela cuerpo, ser y el espíritu que Platón descubre en el cristal pulido, el frío conoce más que cualquiera y, sea ángel o demonio, consume los campos perennes. Pobre de las flores marchitas que nacen en invierno, y pobres los robles caídos que retoñan en los veranos pasados; porque pronto, cada uno de ellos, conocerá el propio ébano digno del rey negro.