Aaron, un hombre frío y distante, prefería no involucrarse sentimentalmente con nadie, no creía en el amor solo en el placer hasta que la conoce, cualquier intento de meterla en su cama o de sacarla de su cabeza eran inútiles, sin darse cuenta se enamoró. Angy, una chica normal y recién graduada empieza un nuevo trabajo en una de las empresas más importantes del país, no se imaginó que en ese lugar encontraría al hombre más posesivo que hubiera conocido. - No quiero que te acerques a él - Es uno de los mayores inversionistas de la empresa y yo soy una empleada ¡no puedo ignorarlo! - ¡¿No entiendes que el no te ve como una empleada?! - Ese no es mi problema, además no tienes derecho a interferir en mi trabajo - Que no se te olvide que eres mía, no dejaré que nadie se acerque a lo que es mío, mucho menos él.